Comentarios sobre psicología infantil:  ¿Es feliz mi hijo?

 

 

     En el fondo, es nuestra preocupación esencial, más allá de su crecimiento corporal, de sus hábitos de higiene, del rendimiento escolar, del acceso a bienes materiales, de todos nuestros desvelos.

 

     En primer lugar debemos aceptar que, al igual que los adultos, ellos tienen su propia dificultad de vivir. ¿Acaso, nos acordamos lo que era ser niños?. La infancia no es ese paraíso que soñamos, en dónde están ausentes las tensiones, los conflictos y los obstáculos.

 

     Por lo tanto lo que nos interesa saber es si nuestro hijo va adquiriendo los recursos necesarios para sobrellevar las privaciones, frustraciones y desilusiones con las que se encuentra en el camino.

 

     ¿Cuáles son las señales que podemos tener en cuenta para saber cómo el niño está viviendo su vida?

 

1.      Un niño está cómodo en su vida, cuando confía en su ambiente: puede llorar, patalear y protestar porque sabe que hay alguien para quien su llanto, su pataleo o su protesta, cuentan.

 

2.    Un niño que no confía, no se entrega, no manifiesta sus emociones. Se adapta demasiado bien a lo que se le pide, aunque ello vaya en contra de sus necesidades. Es un niño retraído. No incomoda. Pero sufre.

 

3.    Un niño vive tranquilo cuando progresivamente aprende a saber lo quiere, y aprende a comunicarlo.

 

4.    Un niño está aprendiendo a vivir su verdadera vida, cuando luego de una pérdida ( destete, pañales, separación de la madre, etc.) obtiene una ganancia: disfruta comiendo con sus manos y ensuciándose con lo nuevos alimentos, exhibe con aires de superioridad que usa ropa interior como la de mamá o la de papá, y cuando se tiene que separar de mamá, llega el momento en que dice “mamá, ándate”.

 

 

     Tal vez esperaban que les dijera que un niño feliz es el que siempre se está riendo, el que se hace el payaso o el que acepta todo lo que le ofrecemos, está siempre tranquilo y no molesta.

 

     No. Los niños que pueden expresar su alegría de vivir, molestan. Pero claro, no toda vez que un niño molesta está expresando su alegría de vivir. Un niño demasiado inquieto, que no para de moverse, que pide siempre más y siempre otra cosa, no demuestra alegría. Está  buscando algo…se está buscando a sí mismo: lo que quiere él, lo que le gusta a él, lo que le interesa a él.

 

     Para un niño ser feliz, es saber que sus padres- a pesar de todos los inconvenientes que él trae- están muy contentos de que él exista.

 

Hasta la próxima

 

Diana Liniado

Psicóloga de niños

Argentina

 

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Fecha de publicación:  24/Septiembre/2000