¿Qué hacer cuando mi hijo se priva?


Por Dr. Roberto Carreño Manjarrez

 

Esta es una preocupación constante de los padres, en especial de los primerizos. Cualquier adulto que haya presenciado uno de estos berrinches probablemente se encuentre nervioso los siguientes días, mientras que el bebé se recupera inmediatamente sin presentar ninguna alteración.

Por lo general, el niño se priva como resultado de estar enojado, frustrado y, en ocasiones, como respuesta al dolor. Los médicos conocemos estos cuadros con el nombre de Espasmo del sollozo.

Característicamente, el cuadro inicia con llanto, el cual en lugar de ceder se incrementa paulatinamente presentando el niño una respiración rápida hasta que deja de respirar. Estos episodios duran menos de un minuto, aunque a las madres les parece una eternidad, por lo que la posibilidad de que exista daño a nivel cerebral no existe.

Desafortunadamente, y para mayor preocupación de los padres, en ocasiones el niño puede ponerse morado de los labios y, en cuadros más severos, de todo el cuerpo, hasta desmayarse.

Al encontrarse inconsciente, el cuerpo puede estar rígido y en ocasiones con algunos movimientos en las extremidades. A pesar de todas estas manifestaciones, no hay posibilidad de que el niño sufra daño a nivel cerebral.

Uno de cada cinco niños puede llegar a presentar Espasmo del sollozo, variando la frecuencia de los mismos, desde en forma ocasional hasta una o dos veces al día. Se ha observado que en algunas familias puede ser más frecuente, y la edad en que se presenta varía entre los seis meses y los cuatro años de edad.

El Espasmo del sollozo de ninguna forma está relacionado con la epilepsia (crisis convulsivas). A diferencia del primero, las crisis convulsivas no cuentan con un factor precipitante y los cambios de coloración se presentan después de desmayarse y no antes.

No existe tratamiento alguno para este padecimiento. En ocasiones, algunas sencillas tácticas pueden ayudar a que estos berrinches no lleguen a presentarse con tanta frecuencia.

Se debe mantener al bebé tranquilo y con suficiente descanso, ya que el cansancio y la sobreestimulación favorecen la presencia de estos cuadros. Se debe intentar calmar al niño antes de que el llanto aumente en forma desproporcionada; sin embargo, es importante recordar que usted es la figura de autoridad y no tiene porqué demostrarlo en cada situación que amerite una decisión.

No intente evitar el inicio de estos cuadros ofreciéndole comida, porque esto únicamente creará un hábito poco deseable. De suma importancia es mantener la calma una vez que se presenta el Espasmo del sollozo, ya que su ansiedad únicamente los empeora y, definitivamente, no ceda después de cada cuadro, ya que si su hijo sabe que puede obtener lo que quiere al aguantarse la respiración, entonces repetirá esta conducta con mayor frecuencia.

Si estos cuadros llegan a ser muy severos: duran más de un minuto, no inician o se relacionan con el llanto o por alguna otra razón le preocupan, hable con su pediatra, quien podrá ofrecerle mayor información y determinar la conducta a seguir.

 

Carreño Manjarrez es doctor del Departamento de Medicina Interna.

Si quiere consultar a algún pediatra del cuerpo médico del Hospital Infantil de México llame al 588-97-91, donde recibirá respuesta a sus dudas.

 



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Revisado:13/07/10

 

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